¿Qué estoy aprendiendo estas semanas?
Pues muchas cosas, tengo la sensación que soy como una esponja absorbiendo experiencias, conocimientos y vivencias, y que esto será un hito importante en mi vida, y en estos momentos tengo miedo de olvidarme todo lo que estoy viviendo y volver a la rutina de hace unos meses.
El estar confinado más de 20 días en Lima, ha sido todo un aprendizaje, a 8000 km de casa, lejos de mi familia, de mi zona de confort,…, desde el primer momento tomé la decisión de cambiar la mirada de la situación, en lugar de generar ansiedad por la vuelta a casa, de pensar en efectos catastróficos, de tener miedo por mi vida, de contagiarme de los nervios del entorno, de agobiarme en 10 metros cuadrados, decidí de verlo como una oportunidad para aprender, para disfrutar, y crecer como persona. Esto me ha permitido disfrutar esos momentos con toda la intensidad posible.
En Cusco, conocí a una pareja increíble, su hijo de 3 meses me robó el corazón, sin conocerme, me invitaron a comer a su casa, donde nos pasamos horas y horas hablando, y empezamos a crear un proyecto, que cuando vea la luz será espectacular. Al aparecer la noticia de la alerta de emergencia nacional y el decreto de confinamiento, me invitaron a pasar la cuarentena en su casa!!!, no había pasado ni 48 horas de habernos conocido!!!, qué gran lección de solidaridad y humanidad!!!
En el hotel donde me quedé confinado en Cusco, conocí a una pareja, que muchas mañanas hablábamos después de desayunar en una terraza que teníamos, me ayudaron a programa mi futuro viaje a la India, entre otras cosas. Eran los promotores de un grupo de whatsapp, presionaron a la embajada para nuestra repatriación, su calidez y son voluntad de ayuda a los demás me conmovió.
El trato recibido en el hotel fue exquisito, con todas las restricciones existentes, no nos faltaba de nada, y siempre con un trato cálido y una sonrisa.
Además tuve la suerte de poder subir al Machu Pichu, esta vez sin niebla, donde volví a tener un “chute” de energía mágico, fue en la plaza sagrada, todo mi cuerpo se sintió recorrido por una corriente eléctrica, que me conmovió y emocionó, solo puedo dar las gracias.
La repatriación a España, fue larga y cansada, más de 48 horas sin dormir, en autocar y avión, pero mi mirada en esos momentos era de vivir la experiencia plenamente, agradecer al oportunidad de volver a casa y apoyar a la gente que tenía a mi lado. Por ejemplo estar sentado 14 horas en un autocar, sin prácticamente movilidad, fue una prueba de fuego, en carretera de constantes curvas o 8 horas en el aeropuerto de Madrid, vacío, fue otra de las imágenes que también me impactaron.
Pero el momento más emocionante, fue ver el video que me prepararon mis hijos, para el día del padre, lloré toda la mañana, son mis maestros y mis guías, Jordi la responsabilidad y sobriedad, sus palabras siempre son las justas y correctas, Mireia, la constancia y el trabajo, con sus gotas de dulce locura y Judit, la calidez y sonrisa permanente, y mi eterna protectora. No seguiré por qué volveré a llorar, una lágrima vuelve a aparecer.
Mi conclusión principal, es que este virus nos está dando una gran oportunidad para aprenderá vivir, simplificar nuestras vidas, volver a lo más innato, dejarnos llevar por nuestros sentidos básicos, dejar fluir nuestra intuición y sobre todo que nuestro corazón vuelva a funcionar a todo ritmo y que la palabra amor se instale definitivamente entre nosotros y no olvidemos nunca, que todos los seres formamos parte de un mismo equipo, sin nacionalidades, culturas o clases sociales que sirvan de barreras.
Y por último, bajo mi rol de profesor y emprendedor, aquel líder o gerente o profesional o trabajador, que no perciba la nueva situación bajo esta mirada, le costará realizar la nueva travesía que se nos avecina, y sobre todo no olvidemos lo que está pasando.
Jordi Vilajosana
Emprendedor social y Profesor universidad
Felicidades Jordi por esa magia de escribir
y compartir. Eres un ser lleno de bondad y amor. Mis respetos y admiración.
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